DEL ARTE POR EL ARTE
El Pasado sábado día 29 de marzo, se presentó en el Café Coyametla de Orizaba, un ingenioso popurrí de obras teatrales, presentadas por la compañía: Vulcanizadora producciones y Laboratorio Escénico.
Con un escaso margen entre cada una de ella, y convenientemente reducidas en tiempo y espacio: lo uno por falta de un escenario ad-hoc, lo que a pesar del inconveniente resultó mucho más sui-géneris, tanto para los artistas como para el público en cuestión, pues lograron una interacción, en la que la marca de la tensión entre actores y espectadores se aligeraba ostensiblemente, un recurso propio del teatro moderno, que sin embargo, no estaba exento de especiales retazos de originalidad, tanto como de genialidad.
La locuaz y divertida presentación se equilibraba majestuosamente entre retales de grandes obras de grandes autores mundiales como Bodas de Sangre de Federico García Lorca, representada en todo su drama y pasión, y enmarcada en ámbito nacional (Bodas de Sangre es una de las obras más versátiles y mundiales de cuantas puedan escribirse, si bien la original transcurre entre familias de etnia gitana, se pueden adaptar a cuantos pueblos, razas, religiones, y pensamientos giren en este planeta), como obras propiamente mexicanas, con actuaciones fabulosas, incluyendo algunas improvisaciones que arrancaron más carcajadas que los mismos roles.
La mayor fortuna fue la compañía de la noche, que parecía haber querido premiar el esfuerzo y la gran labor de la compañía Vulcanizadora Producciones y Laboratorio escénico, en la presentación magnífica de sus obras. Una detrás de otra, de forma ininterrumpida, pero actuadas con tanto candor, y tanta pasión, que se quedaban cortas al gusto del público, que esperaba con ansia la nueva salida de los actores.
El calor acogedor del escenario abierto dentro del Café Coyametla, y el ambiente propicio, turnaron una magnífica noche de teatro interactivo y casi íntimo, por la poca afluencia a la que obliga un "teatro" tan pequeño.
Lo que sí es penoso, es precisamente esa escasa afluencia. Es que actores surgidos de la región, se vean obligados a emigrar, a buscar dónde buscarse la vida para que su creatividad artística pueda sobrevivir. Es que la gente no valore los espectáculos artísticos, es la incultura, el desconocimiento. Que no exista público ni apoyo para valores artísticos: pintores, escultores, actores, escritores, arquitectos, exactamente lo mismo que en el ámbito deportivo.
La labor que llevan a cabo esta compañía junto con Laboratorio Escénico, organizadores del Foro Indígena de Tehuipango del año pasado, es admirable: su preocupación por conservar la cultura de los pueblos autóctonos, de su autonomía y progreso, de hacer valer sus derechos a través del arte, uno de los rubros más convenientes para lograrlos, podría generar una conciencia más tolerante, más abierta y más justa en cada uno de los consumidores de sillón y televisión, que trastocan nuestra mente, si lograran llegar a nosotros. Por desgracia no parecemos estar muy dispuestos a dejarnos. Todo lo que supone lucha y esfuerzo nos da pereza. Y la televisión nos acentúa esa pereza.
Con todo, y para información de todos aquellos que no pudieron o no quisieron acudir, la noche de teatro que nos regalaron los actores de Vulcanizadora producciones y Laboratorio Escénico, estuvo cargada de arte, de crispada pasión teatral, de buena hechura, y lo más importante, arrancaron carcajada tras carcajada al público. Escaso público, pero se dice que lo bueno si breve, dos veces bueno. Ellos se lo perdieron.
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