Cultura-Granada
Granada, año 900
La libertad sexual, la afición por el vino, el sentido del humor y hasta la 'mala follá' eran moneda corriente entre los granadinos que vivieron antes de la Reconquista
Granada, año 900
La libertad sexual, la afición por el vino, el sentido del humor y hasta la 'mala follá' eran moneda corriente entre los granadinos que vivieron antes de la Reconquista
Desde Hay Festival Granada
06.04.08 -
GUILLERMO PEDROSA /
Reporta:
LA vida en la Granada árabe, antes de ser reconquistada por los cristianos, era mucho más libre de lo que se puede imaginar. Entre los siglos IX y XIV las calles granadinas se impregnaron de una sociedad y una cultura que han dejado un marcado rastro histórico en la ciudad. Con motivo de la celebración del Hay Festival, el historiador marroquí Hamid Triki habló ayer en el Palacio de Carlos V sobre la vida en Granada en este periodo histórico. «Había mucha libertad social que era fruto de la gran mezcla cultural. Cristianos, judíos, árabes de Oriente, del Norte de África, de origen visigodo, todos convivían e intercambiaban experiencias en la Granada árabe», relata entusiasmado Triki.Este contexto hacía que incluso las festividades religiosas se compartieran entre las distintas razas. De manera que el Año Nuevo, San Juan o la Fiesta del Vino eran celebradas por todos. «A pesar de que el país vivía una época que se caracterizaba por las guerras y la política expansiva, en el pueblo había una aceptación mutua y una convivencia muy lograda», señala el historiador.Esta mezcla, además de cultural, también era sexual. Hamid Triki explica que eran muchos los musulmanes que mantenían relaciones con mujeres judías o cristianas, y destaca que «había cierta fluidez para los matrimonios y mucho libertinaje sexual». Ciertamente, muchos romanceros de este periodo histórico narran las vivencias de este tipo de relaciones extramatrimoniales e interculturales.Afición por el vinoEn la Granada previa a la Reconquista, como en la de ahora, había una gran afición por el vino. A pesar de que su consumo estaba prohibido por la religión musulmana, el aperturismo cultural de la época superaba las restricciones de carácter político y moral. El especialista cuenta cómo en el canto, la poesía y la literatura había muchas referencias al vino.Un ejemplo de ello es el siguiente poema: «acepta, pese a un alfaquí, un vino que te haga ver las estrellas en pleno día». El autor fue Abil Baraqat, una de las máximas autoridades jurídicas en la Granada de entonces, según explica el historiador. El alfaquí era un clérigo, con lo que los propios jueces no tenían miedo a reconocer su amor al vino a pesar de que fuera en contra de la ley religiosa.Hamid hace referencia también al sentido del humor que reinaba entre los siglos IX y XI, e incluso conoce algunas anécdotas. «Algunos años antes de la Reconquista una mujer acudió al Sultán para denunciar que le habían robado en Granada, aunque fuera de la Alhambra. El máximo dirigente le respondió que eso era imposible porque todos los villanos de Granada, incluido él mismo, se encontraban dentro de la Alhambra», relata riéndose el experto. Bien podría tratarse de un antecedente histórico para la 'mala follá' granadina.En este sentido, el Reino de Granada era una espacio marcado por un notable libertinaje social, y por un espíritu de respeto recíproco entre todas las culturas que convivieron. Un contexto bastante diferente del que reinó en el resto del país, donde las guerras y la política eran las que marcaban las normas y la conducta de la sociedad de entonces.
GUILLERMO PEDROSA /
Reporta:
LA vida en la Granada árabe, antes de ser reconquistada por los cristianos, era mucho más libre de lo que se puede imaginar. Entre los siglos IX y XIV las calles granadinas se impregnaron de una sociedad y una cultura que han dejado un marcado rastro histórico en la ciudad. Con motivo de la celebración del Hay Festival, el historiador marroquí Hamid Triki habló ayer en el Palacio de Carlos V sobre la vida en Granada en este periodo histórico. «Había mucha libertad social que era fruto de la gran mezcla cultural. Cristianos, judíos, árabes de Oriente, del Norte de África, de origen visigodo, todos convivían e intercambiaban experiencias en la Granada árabe», relata entusiasmado Triki.Este contexto hacía que incluso las festividades religiosas se compartieran entre las distintas razas. De manera que el Año Nuevo, San Juan o la Fiesta del Vino eran celebradas por todos. «A pesar de que el país vivía una época que se caracterizaba por las guerras y la política expansiva, en el pueblo había una aceptación mutua y una convivencia muy lograda», señala el historiador.Esta mezcla, además de cultural, también era sexual. Hamid Triki explica que eran muchos los musulmanes que mantenían relaciones con mujeres judías o cristianas, y destaca que «había cierta fluidez para los matrimonios y mucho libertinaje sexual». Ciertamente, muchos romanceros de este periodo histórico narran las vivencias de este tipo de relaciones extramatrimoniales e interculturales.Afición por el vinoEn la Granada previa a la Reconquista, como en la de ahora, había una gran afición por el vino. A pesar de que su consumo estaba prohibido por la religión musulmana, el aperturismo cultural de la época superaba las restricciones de carácter político y moral. El especialista cuenta cómo en el canto, la poesía y la literatura había muchas referencias al vino.Un ejemplo de ello es el siguiente poema: «acepta, pese a un alfaquí, un vino que te haga ver las estrellas en pleno día». El autor fue Abil Baraqat, una de las máximas autoridades jurídicas en la Granada de entonces, según explica el historiador. El alfaquí era un clérigo, con lo que los propios jueces no tenían miedo a reconocer su amor al vino a pesar de que fuera en contra de la ley religiosa.Hamid hace referencia también al sentido del humor que reinaba entre los siglos IX y XI, e incluso conoce algunas anécdotas. «Algunos años antes de la Reconquista una mujer acudió al Sultán para denunciar que le habían robado en Granada, aunque fuera de la Alhambra. El máximo dirigente le respondió que eso era imposible porque todos los villanos de Granada, incluido él mismo, se encontraban dentro de la Alhambra», relata riéndose el experto. Bien podría tratarse de un antecedente histórico para la 'mala follá' granadina.En este sentido, el Reino de Granada era una espacio marcado por un notable libertinaje social, y por un espíritu de respeto recíproco entre todas las culturas que convivieron. Un contexto bastante diferente del que reinó en el resto del país, donde las guerras y la política eran las que marcaban las normas y la conducta de la sociedad de entonces.
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