viernes, 22 de febrero de 2008

En este año de la Tierra: ¡El agua!

En este año de la Tierra: ¡El agua!


Hoy la tengo, pero mañana tendré sed y uno de los culpables serás tú, que dejas hoy la llave abierta


Laura Salamanca



Cada vez que te veo tirar el agua, se me acongoja el corazón. Es una lástima que hayas nacido en un lugar donde no te falta, que tengas la facilidad para abrir una llave y recibir el rocío de vida; que no tengas que caminar kilómetros para acudir a una fuente donde abastecerte para simplemente beber y sobrevivir. Un baño en esos lugares es un verdadero lujo, sino es que un imposible. Es una lástima que no precises lavarte con arena por la escasez del líquido, porque te veo lavar tu coche, el patio de tu casa y regar las plantas de tu tienda y jardín con la manguera abierta, y dejas que el chorro se desperdicie cuando enjabonas, quitas una manchita o atiendes a un cliente.
Acumulas el precioso líquido que nos da la vida en tanques enormes, malgastándola al lavar la ropa o los trastes, en lugar de usar cubetas pequeñas y optimizar su uso. Que lástima que no tengas restricciones, y precises bañar a tus hijos con tres litros de agua.
Es una pesadilla escuchar el excusado cada vez que descargas por tirar una colilla, o matar una mosca. Pero lo es aún más verte tirar el aceite usado por la coladera. Una colilla contamina más de mil litros de agua, el aceite, aún más. ¿Nadie te ha enseñado que el aceite se reutiliza o bien se acumula en bidones o botellas para tirarlo a la basura?
¿Porqué eres tan inconsciente que te molestas cuando te llamo la atención cada vez que riegas la calle con el agua de la llave en lugar de usar la de trapear los pisos, la de la lavadora o la de la ducha?
Hoy la tengo, pero mañana tendré sed, y uno de los culpables serás tú, que te dejas hoy la llave abierta.
No concibo el nivel de egoísmo con que abusamos de los recursos que nos han prestado, cuando millones de personas en este planeta han de sobrevivir con unos cuantos litros a la semana. Unos tienen que lavarse frotándose arena sobre la piel. Otros han de beber la sangre de su ganado y mezclarla con leche. Algunos más afortunados deben esperar a que la restricción les ofrezca unas cuantas horas de agua para acumularla y aprovechar esos pocos litros en lavarse, con esa misma, lavar la ropa, y por último, usarla para el excusado. Hay quién debe caminar muchos kilómetros para beber; o excavar profundos pozos, sacarla con sumo cuidado para no derramar ni una valiosa gota y transportarla a cuestas. En algunos países plantas desalinizadoras potabilizan el agua de mar, con la que se bañan, cocinan o evacuan. Beberla es horrible.
¿Eso quieres con tu actitud?, ¿tener que soportar restricciones de agua? ¿Tener que hidratarte con agua desalada, o beber de los pozos contaminados por tu negligencia?
Esas fugas constantes, el goteo de las llaves, generan un desperdicio que está agotando los recursos, no creas que la de tu casa es la única. Hay miles, millones por todo el país, por todo el mundo. Esa agua será vital en unos pocos años. Si no ponemos remedio, si seguimos deforestando a este ritmo, los bosques que filtran el agua, nos la devuelven después pura y limpia, en fuentes y ríos, habrán desaparecido, y con ellos, el agua que nos prestan. Destruyendo los pantanos, plantas tratadoras de agua naturales, construyendo sobre ellos, y sobre los manglares, estamos cavando nuestra propia fosa.
No dejes la llave abierta mientras te lavas los dientes, la vajilla, en la ducha… no uses agua potable para lavar el suelo o el coche, reutiliza la de la lavadora. Recoge en una cubeta el agua de la ducha mientras se calienta, para usarla después. Unas solas gotas pueden hacer la diferencia. Y la diferencia estriba en que nos quedan 25 años de agua. Algunos países ya están seriamente afectados por la falta de agua. Y recuerda, que el aumento de la población provoca que el reparto de bienes sea cada vez menor. Y la salud de la naturaleza, de la Tierra, es fundamental para nuestra propia supervivencia.

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